jueves, 11 de julio de 2013

Capitulo 16-Camino del Orteguaza o carretera a Florencia- Caquetá

CAPITULO XVI






    CAMINO DEL ORTEGUAZA O CARRETERA A FLORENCIA CAQUETÁ


Con las diferentes incursiones al Caquetá, cuando no se había construido la carretera de penetración indigenista y con muchos amigos del general Silva, como don Luis Plazas, Cayetano Mora,  Salvador Cleves, Ramón Nonato Rojas Ortiz, y muchos finqueros huilenses, el general envió un memorial que intituló El Camino del Orteguaza, hacia el año de 1.908, el cual se reproduce por considerarlo de importancia para la carretera que muchos años más tarde se construyó, cuando el conflicto con el Perú obligó al Gobierno a  movilizar elementos de guerra y pertrechos necesarios para apoyar el encuentro de armas de aquella época, siendo presidente de la República el doctor Enrique Olaya Herrera.

Hacia el año 1.908, el general Silva hizo varias incursiones al territorio caqueteño, lo cual permitió que se compenetrara mucho con los ciudadanos de aquellas zonas del país, y viera la necesidad de la apertura de una carretera que uniera el Huila con  el Caquetá. Por tal motivo, transcribo un memorial que redactó y envió el general Silva, firmado por varios conciudadanos al Gobierno nacional sobre la apertura de esta vía, requerida para el progreso de las dos regiones.

El general hizo muchos viajes a, comprar fincas y parcelas en las cuales ubico ganado, cultivos en compañía de alguno de sus hermanos como Nepomuceno Silva Bernardo Silva y Juan de Dios Silva y amigos que quisieron lograr la aventura y llevaron semillas de pastos y varios cultivos para esas tierras de promisión.

El Coronel Lopez, abogado, amigo, agricultor y ganadero, tenía una finca de herencia en Alpujarra Tolima y vemos aquí que concepto le merecía por la compra del general Silva en los predios del Caquetá.

"Quedo a sus ordenes por si se les ofrece alguna crónica sobre el camino de Florencia. La importancia que tiene esa vía es capital y será la que lleve a las huestes colombianas a vengar las ofensas del enemigo invasor y emblema de victoria para que el tricolor ondee triunfante en las selvas amazónicas. Todo lo  que converja a dar a conocer ese  camino y a procurar la colonización efectiva  de  esas regiones  inmensas  es  digno de  alabanza.  Los colombianos están deseosos de ejercer un imperio eficaz y decisivo en esas tierras , y esa vía es  el primer  paso dado  en  esa empresa rectora .


Celebro  que tenga  una  finca  muy  buena y que le prometa provechos pecuniarios y debutantes comodidades. Ojala  diga  si no peco de indiscreto, la extensión  de  la finca  y me de todo los pormenores de  ella   porque  ansío conocerla  a  fondo". 

No se si se hizo la crónica sobre el asunto del camino a Florencia, pero aquí estuvo solicito para ofrecer lo correspondiente.

El general Silva redactó el siguiente Memorial para que el gobierno de turno le prestara atención a la construcción de la carretera.

                                                             MEMORIAL 


                                           EL CAMINO DEL ORTEGUAZA



Suponemos que el Gobierno, escarmentado ya con los malos resultados anteriores, tomará informes respecto de la empresa que nos ocupa con algunas de las personas prácticas del Sur, que conozcan el camino y tengan verdadero interés de realizarlo de manera a la par que se consulte la pronta ejecución de la obra, se haga con mediana economía y con la solidez que pueda apetecer. Tenemos poderosas razones para creer que si alguno de los señores Leónidas Muñoz, Timoleón Iriarte, Elodio Calderón, Rubén Cuellar o Jesús Antonio Parra, se le confía la dirección de los trabajos, el Gobierno podría contar con que se  llevaría a cabo la empresa, en buenas condiciones para el fisco y dentro de un término prudencial.


Después de la famosa intendencia, que se estableció no ha mucho tiempo de allí y que costó más de un millón de pesos fuimos a lomo de mula hasta Florencia por el camino que, con fondos propios abrió el doctor Pizarro. Grande fue nuestra sorpresa al ver a orillas de El Hacha (el punto del tronco desierto, que en su narración acerca de la expedición cita el Sabio Caldas) sólo once casas de particulares, la capilla caída y en fin, algo menos que mitológica nos pareció la  renombrada ciudad.


En esos días vino el superior de las misiones desde Mocoa y ese sacerdote, español de raza, con quien tuvimos el honor de tratar, se encargó de la demarcación del aérea de la población y de trazar calles y fijar el sitio conveniente para la plaza; se hizo la capilla, y desde 1.908 a esta parte, cuenta Florencia con 4.000 habitantes, que poseen haciendas de hermoso ganado, que alcanza a algo más de 3.000 cabezas. Con poco esfuerzo, individuos que llegaron hace apenas tres años, son dueños en la actualidad de ganado vacuno, caballar y de cerda, son asiduos cultivadores de cacao, que allí es silvestre y abundante, forma para ellos una risueña esperanza que los lleve a un adelanto mayor.


Pintoresca es la confluencia de El Hacha con el Orteguaza, ríos que distan cinco leguas de Florencia; allí toma un aire majestuoso, se domina una ancha calle, formada por las sin playas casi, con muchas plantaciones en sus orillas. Ratos muy agradables pasamos allí, donde nos parecieron armónico lo ubérrimo de los bosques y la belleza del paisaje que lo circunda.


Los trabajos emprendidos en el año anterior, con un numeroso tren de empleados, solo alcanzaron un trayecto de un poco más de tres millas de camino abajo de Florencia en la vega donde no era indispensable  y ocasionaron por datos que hemos obtenido, algo así como dos millones y medio de pesos de costo. Mucho nos hizo pensar el ver a no pocos empleados de la obra permanecer, por semanas y aun por meses, Altamira, Guadalupe y las poblaciones circunvecinas, así como vimos, en 1.909, temperando en San Agustín  y Pitalito a otros muchos de los empleados del Camino de las Pampas. Nos figuramos entonces que las arcas del Gobierno se habían convertido en cajas de beneficencia o de socorro para los desocupados.


Entonces se nos hizo saber, por algunas personas que juzgamos fidedignas. Algunas de las remesas que se recibían servían tan sólo para cubrir los sueldos a los empleados superiores; de tal modo que los trabajadores subalternos, que eran, como siempre sucede en estos casos, los que llevaban el peso de las labores, (los que llevaban del bulto),  se quedaban aguardando en vano meses enteros los sueldos atrasados y fatigados y deprimidos, volvían a sus casa en lastimosas condiciones de pobreza, en contraste casi con la poca que llevaron cuando fueron a prestar su contingente.


Creemos que el Superintendente que ha de nombrar el Gobierno, debe permanecer entre la Danta y San Pedro, superando con medidas activas y eficaces, las dificultades que se presenten en la obra, venciendo todo tipo de inconveniente que pueda trastornar y vigilando con asiduidad y sin descanso, los jefes subalternos para que a la vez que cumplan sus deberes, inspeccionen a sus subalternos en sus faenas. Nosotros creemos que  con 400 obreros bien dirigidos, seleccionados en el sur, se haría más que con un número doble de trabajadores dirigidos por personas que carezcan de aptitudes o les falte energía para achaques de esta naturaleza


Conceptuamos también que para que el Gobierno pueda tener mensualmente conocimiento del adelanto de la empresa, convendría establecer un inspector idóneo que visitara, cada vez que se le ordenara los trabajos o que dependiera, para el mejor cumplimiento de su cometido, de la Gobernación del Huila. De esta manera no vería el Gobierno, de seguro, frustradas sus esperanzas y perdido su dinero y como complemento de esa labor acertada, el caminos sería un hecho dentro de breve término.


Ese camino se haría por la vía que ya se ha adoptado, para que se evitara la pérdida de los trabajos ejecutados ya por algunos colonos en San Pedro, El Recluta, Sebastopol y otros lugares; más tarde, de acuerdo con las exigencias comerciales de la comarca y con su desarrollo progresivo, se adoptaría, a no dudarlo, la vía de Santa Librada, siendo así que es la más abundante en aguas, la más corta y el terreno no es tan accidentado, como el de aquella, tal vía, que entra por el Rincón, va a salir al riacho de Las Doradas en la misma hoya de El Hacha.


Como los viajeros tendrán que pasar dos noches en la cordillera, entre la hoya del Hacha y Guadalupe; por esto se impone como necesidad ineludible, la construcción de uno o dos tambos en los lugares mas convenientes de la montaña que consultara la comodidad apetecida. Esos tambos serían de utilidad manifiesta para la empresa y constituiría albergue importantísimo para los trabajadores.


Ojalá, pues, que el supremo gobierno, ya que piensa en acometer  esa empresa redentora, logre realizarla, ayudado de la energía de los hombres de trabajo, empeñados verdaderamente en ver colmados sus deseos.”



                                Hasta aquí el Memorial hay varias firmas




Anécdotas.  Mirando el cuadro de su retrato al óleo (el retrato es el mismo que tiene cada capitulo al comenzar la pagina),  el cual se hizo en Boston Usa y que tiene una altura de un metro y 20 cts., por 80 cts., de ancho por encargo de don Lorenzo Reyes, tío de Tobías Silva Reyes, una vez llegó el retrato a la casa y se ubicó en el lugar asignado, el general Silva, se quedó mirándolo largo rato y finalmente dijo, hum fú, fú, hung fu, ese era el hombre (ya tenía cerca de  80 años.), esto lo recuerdo como si hubiera sido ayer.


Lo acompañaba el autor de esta obra al centro de la ciudad de Neiva (bajando la calle 6 con el Itre) y caminando decía el general Silva, ya ve mijito, usted que apenas comienza y yo que ya acabo.  El general de 80 años y el hijo de 8 solamente.

Visitaba el general Silva a su pariente cercano Matías Silva Hermida, en Neiva y éste le decía, ya ve, Ángel María, como es la vida, usted hizo las campañas militares y yo me lleve las glorias Estos recuerdos imperecederos quizá fueron los que en mi mente quedarían inolvidables para que ya en mi adultez me dedicara a escribir sus "Memorias".

El general Silva, hizo diferentes entradas al Caqueta, bien solo o acompañado, no se en que fechas pero si registró en sus diferentes  libretas de apuntes estos viajes ya muy perdidos en tiempos remotos. Cuando estuve en el Caqueta y dedicado a mi finca y por solicitud de muchos amigos hice campana y la votación popular me eligieron Concejal de La Montañita, no se si en cualquier momento pueda imprimir el reconocimiento electoral de 
esa gesta.

Se que estas memorias son las del general Silva, pero considerando que fueron hechos ocurridos en el Caqueta, por eso me ha parecido prudente y bien ubicado el nombramiento como concejal de Jairo Alfonso Silva Duran, en esta pare del trabajo, como es la elección como concejal. 









Conocí en aquella época a familiares  y conocidos del General Silva, quienes indicaban que habían conocido al General Silva, y a su hermano Don Nepomuceno Silva Valderrama, entre ellos a Don Luis Plazas padre de Miguel Plaza, y este por haber contraído matrimonio con una prima mía y me mostraron en qué sitio y lugar habían quedado alguna de las propiedades que aquel habia tenido en aquella tierras.

Otras personas como las familiares de Don Cayetano Mora, persona de reconocida fama por su honestidad y muchos bienes económicos que supo granjearse también, en esas tierras caqueteñas. 

Después de estas actividades el General Silva, definitivamente se retiró del Caqueta, y no regresó a estas tierras, pero fueron amigos de Don Salvador Cleves, Don Luis Plazas, Don Cayetano Mora, Don Carlos Silva, Don Demetrio Silva y una gran cantidad de selectos  y honestos hombres de esta región.

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Un sobrino mío (Jairo Silva Rueda, hijo de mi hermano Ismael,) a solicitud mía le encargue hacerle unas criticas al trabajo de mi padre y en efecto me dice "mirando  el texto observo que mi Abuelo fue General muy joven a los 32 años sería bueno resaltar esto, considero que son pocos los que han conseguido  este título a esa edad, (nació el 28 de Enero de 1.871 y obtuvo su título de general, el 12 de agosto de 1902)".  En efecto cuando escribí esta parte de la vida del general lo pase inadvertidamente y quiero profundizar un poco en este aspecto, (gracias sobrino) y paso a ahondar en este tema.

El 12 de agosto de 1902,  se le comunicó al general Silva que había sido ascendido a general,  estaba en  Santa Ana, que es cerca a Honda y estaba el alto mando relacionado a continuación, estaba en pleno reunido en este lugar.

Allí estaban el general Nicolas Perdomo, el general Napoleón Rivera, el general Pedro Rivera, el general Toribio Rivera, el general Olegario Rivera, el general Tiberio Diaz, el general Ignacio Silva, el general Alejandro Villoria, el general  Luis R Moreno, el general Juan B Tobar, el general Luis Maria Ruiz, el general Benigno Velazco, el general Honorato Diaz, y el general Manuel Antonio Cuellar, no se que otros altos militares hicieron parte de este núcleo de militares. Estos eran 14 generales de muchas argucias, de muy altos méritos, ganadores de grandes batallas y era la crema innata militar en el país.

Observando esta plana mayor de altos militares reunidos en Santa Ana, en septiembre de 1902,  no se que factores tuvieron en cuenta para haberlo nombrado como general, posiblemente su alta eficiencia, su don de mando, su temperamento, su buen trato para con sus amigos como para con sus superiores, como lo indicaban sus compañeros, su benevolencia para con el vencido, al General Silva, esta alta jerarquía, reunida en el párrafo anterior, que era la más alta en el momento a nivel nacional dentro del ejército, pues de allí salió su nombramiento teniendo en cuenta sus cualidades quienes mediante un comité de alto mando lo candidatizaran para nombrarlo general, al tener en cuenta sus pocos años pues apenas tenía cumplidos 31, o 32  años No tenía una palanca de alta jerarquía, más que la de su propio aspecto, fuera de los ya nombrados quienes lo querían enaltecer, lo ponderaban, lo candidatizaban, lo admiraban, lo guiaban, lo consideraban como el elegido, el único, quien fue nombrado como Segundo Jefe de la 3 División

Compuesta por cinco batallones y que el comando de la División tenía que cumplir con el Código Militar establecido por la Ley 900 de 1900 y en especial lo que este estableció para conformar el nombramiento de las planas mayores, y que al respecto establecían¨, lo siguiente:
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"Los cuarteles de la Brigada constaran de dos primeros ayudantes generales (Coroneles o Tenientes Coroneles); dos ayudantes generales (Sargentos Mayores); dos ayudantes de campo (oficiales inferiores); un corneta de órdenes y hasta seis individuos de tropa. Cada uno de los Batallones que componen el Ejército tendrá un efectivo de 250 individuos de tropa, más 6 en la plana mayor; y los Escuadrones se organizarán conforme lo previene el Código Militar. Los comandantes generales de División quedan facultados para hacer los nombramientos de Oficiales inferiores y Habilitados de sus Cuerpos y deberán dar cuenta de ello al Estado Mayor General del Ejército". Comuníquese y publíquese. Dado en Bogotá, a 30 de Noviembre de 1.900

José Manuel Marroquín

El Ministro de Guerra, José Domingo Ospina C”.


Siguiendo estas instrucciones el general Silva organizó su División, como ya se mencionó y la comandó el General Rengifo como primer Comandante, el general Silva como Jefe de Estado Mayor, o sea fue el segundo en el mando.

La dscripcion de la composición de la División quedo narada en el Capitulo III del presente trabajo, en la cual se incluyeron todos los nombres de las planas mayores de la misma.

Pero no hay que echar por la borda que el haber tenido en cuenta al general Silva como general de 31 o  32 años fue un éxito rotundo, no se hizo ver por mucho lado pero quien a esos años adquirió fue nombrado con ese título es digno de tener en cuenta, para su propio ego, como para su familia, y resto de compañeros, y en especial para con la tropa.

Las declaraciones extrajuicio que dieron los amigos del General Silva, dijeron "me consta que el peticionario fue ascendido desde el grado de subteniente hasta general de División, porque lo vi en los diferentes grados hasta que lo vi ascendido a General de División, ¨¨fue hidalgo y generoso con el vencido¨, por consiguiente unas veces anduvimos juntos, es decir, cuando marchaban las dos divisiones en una misma dirección" Y siempre se destacaba dicho peticionario como uno de los mas valerosos del ejército, (esto lo dije el Sargento Mayor Romulo Gonzalez Trujillo)".

El Coronel Comandante Joaquin Cabrera Polanco "porque fuimos condiscípulos en el Santa Librada¨, y lo vi en sus diferentes actuaciones, yo leía los ascensos a la tropa y vi los méritos que tenia".
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EL 12 de agosto de 1902, encontrándose reunida la plana mayor el ejército en Santa Ana, contando con toda la jerarquía mayor del Ejército y que estaba conformada como se indicó anteriormente, de aquí se concretó al ascenso a general y posteriormente vino el nombramiento del Poder Ejecutivo, en cabeza del Presidente José Manuel Marroquin, y  su Ministro de Guerra General Arístides Fernández.

Aquí como cronista de estas memorias debo resaltar los factores que el Alto Mando tuvo para tener en cuenta la postulación del General Silva, a sus 31 o 32 años, "considero que son pocos los militares que han conseguido este título a esa edad, ya que hoy por hoy los generales que yo conozco son mayores de 50 años", claro que hay que tener en cuenta que la milicia militar de esa época era diferente de la actual,  en su gran mayoría para conducir hacia la Costa Atlántica, bien a Barranquilla, Cartagena, Colón, Panamá una  fuerza de 1.600 hombres, con qué criterio, con que solvencia moral, con que experiencias para zarpar del puerto escogido y llegar a su destino, quien revaluó esta capacidad del líder. Cómo sabía este mando que el  general Silva, si podía llegar a su destino, con qué sinsabores se enfrentaría  en la costa donde el cachaco no era  bien recibido, que capacidad de mando y ante la multitud de estos hombres que viajaban a todo viento y a todo riesgo.

Cuales conceptos tenían toda la tropa de que este jefe si tenía el don de mando para afrontar las mil, vicisitudes, incertidumbres y penalidades, con las cuales necesariamente tuvo que afrontar y someterse a las tentaciones de que un joven general pudiera dominar la serie de tempestades que se pondrían venir de la noche a la mañana, esta serie de intranquilidades tuvo que afrontar el general Silva recién nombrado para resistir a las mil tentaciones de sus compañeros.

Que sostenía al nuevo general, su experiencia, su tenacidad,  su valor, sus ganas de triunfar, su deseo de demostrar a sus jefes y compañeros de que el que manda, manda aunque mande mal, pero aquí no cabía el error, aquí había que demostrar con éxitos el triunfo, su vehemencia para con los detenidos, su buena caridad humana.

Si en lugar de haber enviado al general Silva como líder de la cuadrilla para la costa, se hubiera elegido a uno cualquiera de los altos militares en el ramo, muy posiblemente lo habrían hecho, pero hubo factores determinantes para que fuera  el comandante y único jefe para llegar con don de mando a su encargo a la costa. Considero que del alto mando mencionado es posible que cualquiera pudo haberse tenido en cuenta y muy posiblemente lo habría hecho muy bien.

Pero como lo dijeron los compañeros del general Silva, quizá su arrojo, su valor, su vehemencia para con el vencido, su buena gente, su buen don de mando,  lo candidatizo para haber llegado con bien a su destino y culminar con exito esta gran gestión, quizá la Divina Providencia, como lo pudo haber dicho el mismo general Silva, esta buena voluntad hizo que el bien se mostrará para beneficio de la nación.

Porque a la 3 División no la comando un alto jerarca conocido,como el general Villoría,  o el general Rivera, el general Tiberio Diaz, u otro cualquiera no  fue así, el encargo ya estaba decidido era para el Comandante Silva, era para este héroe y así lo había decidido el Presidente de la República, y el Ministro de Guerra y así toda la plana mayor ya enunciada, se necesitaba que esta mente privilegiada fuera la ideal para sacar avante la historia y la meta de obtener los logros, recordemos que el General Toribio Rivera le dijo al General Silva, "que las ordenes en la costa únicamente las recibiría del General Tomas Quintero y en efecto así sucedió",  porque era de suponer que en la costa cualquiera podía mandar en la Divison, cuando esta era solamente del dominio del general Silva, (recordemos que en la costa el general Velez y Bolivar quisieron usurpar el mando y dominio de la dirección, o el caso del coronel Elias Calderon, con su trafico de influencias telegráficas. 




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